miércoles, 1 de febrero de 2012

Distribución de la población en época de los Reyes Católicos.

 Hola amigos/as, en este articulo veremos como se hizo la distribución poblacional  en época de los Reyes Católicos. Lo primero que debemos preguntarnos es ¿ cómo se distribuían los pobladores de España en época de los Reyes Católicos ?. Pues bien, la mayoría absoluta habitaba en el campo . Más del 80 por ciento del total de la población española, eran campesinos. Los menestrales, contando judíos, conversos, etc, antes de su expulsión, sumaban el 10 o el 12 por ciento. Las clases medias urbanas , contando entre ellas los ciudadanos , mercaderes y eclesiásticos, representaban del 3 al 5 por ciento. En fin, los nobles, sumada la aristocracia de Castilla y de Aragón , no llegaban al 2 por ciento, divididos en 5.000 magnates, duques, condes, barones, etc., 60.000 caballeros, hidalgos, etc., y 60.000 patricios urbanos o aristócratas de la ciudad. Esos 125.000 individuos eran el ápice de la escala social y dominaban el país desde todo lo alto.
  En esa época , el campo, sobre todo el castellano, empieza a dar muestras, por vez primera, de despoblación. Cuando uno busca los orígenes de la desfavorable situación del siglo XVII ,con tierras yermas y un ejército de vagos y menesterosos infestando el país, se tiende a atribuir toda la responsabilidad al gobierno de los Austrias. En realidad el fenómeno arranca del período de los Reyes Católicos , como consta en notables crónicas , tal la de Carvajal. Las clases campesinas, no pudiendo hallar su sustento en el campo, inician su éxodo hacia las ciudades. De este modo, aumenta la población urbana a un ritmo superior al general del país. Sevilla y Valencia se nos presentan famosas con sus 80,000 habitantes; Barcelona, con 35.000; Córdoba, Toledo, Granada, Valladolid, Salamanca, Murcia, Málaga, Zaragoza, Mallorca y Perpiñán, entre 15.000 y 25.000; y después un grupo muy nutrido de ciudades de 10.000 a 15.000 habitantes.

    Durante el siglo XV , la propiedad y las rentas de la tierra habían pasado en toda España, tanto en Castilla como en la corona de Aragón, de mano. Nadie, hacia 1476, podía decir en la mayor parte de España, "esto es mío " y " esto es tuyo ", porque bastaba la suerte de una batalla, el favor de un soberano, el cambio de bando, para que la propiedad de una persona fuera confiscada y pasara a otra. Era un caos general. Los Reyes Católicos restablecieron la paz y estabilizaron la propiedad. Este hecho es muy importante , porque la propiedad , tal como la dejaron los Reyes Católicos, sufrió en los siglos inmediatos, hasta las leyes desamortizadoras del XIX, escasas variaciones.
   Al hablar de los Reyes Católicos , uno de los tópicos más corrientes afirma que se metieron a la nobleza en el bolsillo; desde luego, en el aspecto de la autoridad, no permitieron que nadie levantara la cabeza. Pero en el aspecto social mantuvieron las ventajas económicas que para la aristocracia dimanaban de la propiedad de las tierras. Este hecho es capital para comprender el futuro de la economía castellana.
     Vamos a ver lo que sucedió. En Cataluña la guerra civil había terminado en 1472, pero Juan II dejó que la confusión continuara. En 1479, al encargarse del gobierno Fernando el Católico , empezó a poner un poco de orden en aquel caos. En 1481 decretó la restitución general de bienes, publicando, con anuencia de las Cortes, una pragmática sanción, en que fijaba las devoluciones que habían de hacerse. Para ello exigió de las Cortes un donativo de 100.000 libras, con objeto de pagar a sus partidarios las cesiones que tenían que hacer de los bienes  que injustamente ocupaban. O sea que con una cantidad bastante módica, el país consiguió borrar los pasados errores de la guerra civil. Teniendo en cuenta, además, que en 1486 se publicó la Sentencia arbitral de Guadalupe y que en ella, de modo habilísimo, se confirió al campesino la propiedad útil de la tierra, dejando al señor el dominio jurisdiccional, se comprende que la obra hecha por Fernando el Católico fuera realmente democrática, pues dio acceso a 50.000 individuos a una propiedad media. Por eso en Cataluña no ha habido, hasta la época contemporánea, tentativas de subversión agraria.

   ¿Que pasó en Castilla? En Castilla se reunieron las Cortes de Toledo en 1480 y se reconoció la necesidad de poner orden en la hacienda. Se hicieron los cálculos y se comprobó que se debían enormes cantidades de maravedís. Entonces se decidió expurgar las mercedes y los juros de heredad que detentaba la nobleza. Gracias a un trabajo de Matías Usón, se comprueba, en efecto, que los nobles, que poseían unos 63 millones de maravedís de renta, debieron ceder unos treinta millones. Ahora bien, en Castilla la reducción fue muy superficial : la nobleza perdió la mitad de las rentas injustas y violentamente usurpadas a partir de 1464, pero fue autorizada de manera explícita a conservar las propiedades, mercedes y juros que poseyera con anterioridad a las conmociones del reinado de Enrique IV. O sea que se respetó formalmente la obra demoledora realizada por la aristocracia castellana durante el reinado de Enrique II y completada en el Juan II. Como estas usurpaciones eran más importantes, puede afirmarse que la ley de 1480 no hizo sino ratificar el absoluto predominio social y económico de la clase nobiliar sobre el Estado y el resto del país . Las cifras conocidas no pueden ser más concluyentes: hacia 1.500, los nobles poseían el 97 por ciento del suelo peninsular, por propiedad directa o por jurisdicción. Vale tanto como decir que el 1,5 por ciento de la población poseía la casi totalidad del territorio español. Este hecho es capital.
 
  De este 97 por ciento, el 45 por ciento pertenecía a obispados, dignidades eclesiásticas, cabildos, canongías, aristocracia urbana y caballeros. El resto pertenecía a los grandes y eran verdaderos latifundios. Vamos a citar algunos nombres. Andalucia se la repartían los siguientes propietarios: los Guzmán, duques de Medinasidonia; los Cerda, duques de Medinaceli; los Ponce de León , duques de Arcos; los Fernández de Córdoba, en sus dos ramas, como condes de Cabra y señores de Montilla, los cuales inmediatamente fueron elevados al ducado de Sesa; los Mendoza, condes de Tendilla y de Priego. El resto lo tenía acaparado la mitra de Toledo. Extremadura se la dividían, casi por mitad, los Suárez de Figueroa y la Orden de Alcántara. En Murcia , los mayores terratenientes eran los Fajardos; en Salamanca, los Estúñiga, duques de Béjar, y los Álvarez de Toledo; en la Mancha, las Órdenes de Santiago y Calatrava, el arzobispado de Toledo y el marqués de Villena; en la Alcarria, el duque del Infantado.
    El tres por ciento restante se lo tenían que distribuir unos cuatro o cinco millones de castellanos. Como se puede comprender , la reforma social de los Reyes Católicos fue nula, porque además sucedió lo siguiente : primero, confirmaron y extendieron la facultad de establecer mayorazgos ( Leyes de Toro, 1504), o sea el derecho de transmisión hereditaria que vinculaba una propiedad al primogénito de una familia; segundo, aprobaron una política de enlaces matrimoniales, que sólo podía producir la concentración de la propiedad en manos de los que ya la detentaban; y tercero, practicaron en Granada una política favorable a la aristocracia. Granada era nueva conquista, pero a excepción de las tierras  del occidente granadino( Ronda, Málaga, Alora, Coin),que fueron dadas a campesinos y menestrales de la Baja Andalucía, lo demás se entregó a los nobles, como compensación de lo que se les había quitado en 1480. O sea, que si tenían mucho, todavía se les dio más, casi todo el reino de Granada.
  A estos fenómenos cabe añadir aún otro no menos importante: la venta de tierras de los agricultores libres a causa de la crisis agraria de comienzos del siglo XVI, seguida por la despoblación del campo y la aparición del espectro del hambre. Este movimiento sólo podía beneficiar a quienes tenían dinero para comprar : o sea, de nuevo, a la aristocracia.

   El conjunto de hechos que acabamos de exponer explica la enorme fortuna de los señores castellanos de aquel tiempo. Como dice Marineo Sículo , un tercio de las rentas del país eran del rey, otro de la nobleza y el tercero de la Iglesia, que es como repetir de la aristocracia, pues sus segundones disponían de lo más  saneado de los beneficios eclesiásticos. Sesenta y un nobles disponían de un promedio de 20.000 ducados de renta anual ( 1 ducado = 375 maravedís = 8 jornadas de trabajo de obreros especializados). La riqueza de los grandes puede evaluarse en 1.245.000 ducados de renta anual. La de la Iglesia , en conjunto, 6.000.000 . Cifras impresionantes para la época.
   En fin , si no eras noble .....

 PRIVILEGIOS DE 1491 CON ESCUDO DE LOS REYES CATÓLICOS PARA EL SOLAR DE     TEJADA.
Saludos.
Rafael Domínguez Cedeño.

1 comentario:

  1. Muy buen articulo Rafael, 500 años después seguimos prácticamente igual, una minoría de privilegiados se reparten la mayoría de las riquezas.
    Un abrazo, amigo.

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