sábado, 11 de agosto de 2012

CAURA.

Hola amigos/as, en esta entrada hablare de otra bonita ciudad de la Bética-Romana, la denominada Caura .
 A principios del milenio a.C. surgieron en el Bajo Guadalquivir gran número de asentamientos en relación con el río, situados en cerros de la orilla.
 Entre las ciudades protohistóricas que flanqueaban la desembocadura del Betis en el Lacus Ligustinus se hallaba la antigua Caura, la actual Coria del Río. La ciudad estaba emplazada en el Cerro de San Juan, a treinta metros sobre el nivel del mar, al nordeste del casco urbano junto a un antiguo meandro del Guadalquivir. Este lugar estratégico defendía la orilla derecha del río; mientras que la izquierda estaba vigilada por la ciudad de Orippo ( Torre de los Herberos) . La antigua ciudad de Caura es citada por Plinio ( III,11).
 Actualmente la zona está ocupada por centros docentes. Los hallazgos que se conocen son fruto del azar o de búsquedas efectuadas por aficionados.
  Es posible que hacia finales del IV milenio a.C. se ocuparan las áreas inmediatas a la zona de estudio, pero no será hasta el Calcolítico cuando en Caura aparezcan los primeros pobladores estables revelados por la presencia de hachas pulimentadas y cuchillos de sílex. Tras un poblamiento continuo durante todo el segundo milenio a.C. Caura, que así se llamará a partir del s. IXa.C., ve el establecimiento de poblaciones relacionadas con pueblos atlánticos indoeuropeos. El periodo de mayor prosperidad se alcanzaría en época orientalizante s. VIII a.C.- con su incorporación activa al comercio mediterráneo durante los s. VII y VI a.C. De este periodo datan las abundantes cerámicas fenicias de engobe rojo y con decoración pintada, ánforas, alabastrones y aríbalos.
  La necrópolis de época tartésica se cree que estuvo ubicada en el vecino Cerro de Cantalobos donde han aparecido objetos relacionados con ajuares funerarios como broches de cinturón.
  Tras la conocida crisis global de finales del s. VI a.C, crisis que en las poblaciones ribereñas tuvo menores consecuencias, Caura desarrolla su urbanismo y ya en época turdetana ejerció preponderancia sobre otros núcleos poblacionales vecinos. Es ahora, al alcanzar una posición importante en la zona, cuando la ciudad empieza acuñar  monedas.
  El topónimo de la ciudad-Caura- parece ser origen indoeuropeo y puede derivar de la forma *Kovaros con el significado de " fuerte" o " grande".
 
 Con ello llegamos a la época romana. Plinio la cita entre los oppida del Conventus Hispalensis sin atribuirle estatuto jurídico alguno, pudiéndosele asignar la condición de estipendiaria. Los restos arqueológicos de la Caura romana son escasos y fruto de excavaciones antiguas.
 La necrópolis tardorromana se sitúa en la ladera occidental ( Corral del Pitero). De esta zona procede una urna de incineración de vidreo colocada en otra de plomo, aparte de materiales cerámicos romanos.
  Del s.II d.C procede el altar funerario que se conserva en la Ermita de San Juan y cuyo epígrafe se traduciría en " Blattia Procla, hija de Cayo, flaminica, de 63 años" . Los Blatti serían una importante familia, también documentada en Asido.
                                    
                                                  MONEDAS ACUÑADAS EN  CAURA.


SALUDOS.
 Rafael Domínguez Cedeño.

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