sábado, 16 de febrero de 2013

El Bandolerismo.

 Hola amigos/as, en esta entrada quiero hacer un pequeño resumen de una serie de personajes relacionados con el bandolerismo y de alguna manera con nuestro pueblo, en más de una ocasión se ha hablado en este blog u otros de bandolerismo, por tal esta pequeña introducción nos llevara a conocer mucho mejor una época y una serie de personajes un tanto desconocidos para todos/as.
  El malestar social que se vive en el campo andaluz va a tener fiel reflejo en los acontecimientos que siguieron. Una de las reacciones populares ante la discriminación que sufre el pobre será el bandolerismo.
  El bandolerismo no supone tan sólo el hecho delictivo y folklórico, que tradicionalmente se ha querido ver en él. El bandolero andaluz, como individuo que se enfrenta al poder establecido y a los ricos que explotan al trabajador, tendrá un hálito heróico y popular entre la base trabajadora de los pueblos andaluces. Al estilo de un Robín de los Bosques, que como
                                "Diego Corrientes, el ladrón de Andalucía,
                                que a los ricos robaba y a los pobres socorría"
o como "Pernales", Chato Bernardo y otros, gozaron del aprecio y agradecimiento populares en una zona deprimida y arisca como era la zona de la Sierra gaditana. La tradición que se transmite de boca en boca alude a sucesos ocurridos en torno a Setenil y los pueblos que le rodean ( Torre Alháquime, Olvera, Alcalá, Zahara,...). No extraña, pues, oír en charlas con los mayores de nuestra villa, canciones y relatos sobre " El temprenillo", " Currillo el Largo", " Cencerrito ", y " Chorizito",  (éstos dos últimos, Cencerrito y Chorizito, tuvieron un violento enfrentamiento, seguido de lucha, por el amor de una preciosa setenileña : Dolores, apodada la de la Farmacia) .
  Pero sin duda uno de los más famosos en nuestro pueblo fue Joaquín Camargo " El Vivillo ", estepeño de nacimiento. El Vivillo, contrabandista con objetos de Gibraltar, se hospedó muchísimas noches en Setenil. Famoso por el asalto, en 1893, a los feriantes de Villamartín, su reconocimiento popular le vino por la anécdota contada por un vecino de Setenil: en un camino se encontró -El Vivillo- con un pobre viejo desesperado, al que acababan de robar sus animales y un cargamento de cereales. El ladrón había usado el nombre de - El Vivillo-. Este, al oír lo sucedido, se compadeció del anciano y le dijo: - El Vivillo- no te ha robado, es más, - El Vivillo- te va a dar dinero para que tú y tu familia podáis comer por unos días. Y le entregó un montón de billetes. Pese a todo, muchos vecinos de Setenil fueron víctimas de los asaltos de -El Vivillo- : Pedro Guzmán, Antonio Ortiz Plata, José el del Horno, etc.
 La voz popular, como decíamos, eternizó las hazañas y el aspecto humano de estos bandoleros:
                                                      
                                                " Francisco Ríos " pernales"
                                                 estaba loco de alegría
                                                   al ver que había dado a luz
                                                 su señora una chiquilla".
  El bandolerismo, un hecho sociológico a tener en cuenta, no era, por supuesto, una solución válida para problemas del campesinado andaluz. Los hombres del pueblo, salvo excepciones, esperaban un hecho trascendental que cambiara el curso de su existencia. Se esperaba un cambio radical del acontecer humano, donde se terminaran las injusticias sociales, y que todo ello vendría como por ensalmo: un día se levantarían y al abrir las ventanas se encontrarían con que el mundo había cambiado, que el hombre se había vuelto bueno y solidario y que las injusticias y diferencias sociales habían terminado.
  Este fenómeno, denominado milenarismo, hacía que el hombre trabajador, explotado y empobrecido, pusiera sus esperanzas en cualquier hecho político o social que ocurriera con el más mínimo significado de cambio.


 SALUDOS.
 Rafael Domínguez Cedeño.

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